miércoles, 24 de junio de 2009

Incomprension

¡Hazme tuya! Grito con fervor la linda muchacha una preciosa mañana.
La veía a través de la amplia ventana que daba hacia la otra habitación donde un cigarro se posaba gentilmente en mis manos, no tenía ganas de nada, ni de ella, ¡ni de nadie!
Camine varios pasos hasta donde estaba ella postrada en su lujuria diciéndome con pasión como quería que la tocara, yo tan solo la miraba fascinada.
¿Cómo puede desearme cuando yo estoy distante?
No tengo ganas de ti, le dije, cortante, déspota y ruin.

¿Ya no me amas? Dijo con la cara impregnada en angustia y desesperación…
¡Te amo con locura! Exclame mientras tomaba con mi palma la mitad de su cara y sentía el tacto de su piel ¡Rozagante y canela! Como le amaba, ¿Cómo podría dudarlo?
¡Entonces, tócame! Decía con pasión y tenia en los ojos esa mirada de fiera que en muchas ocasiones ha carcomido mis entrañas, pero hoy no, simplemente hoy no.
No tenia ganas de ella…

No tengo ganas de ti, dije apartando mis pasos de la habitación…
Mientras en mis tímpanos bailaban sus sollozos camine de regreso y pregunte ¿Por qué lloras?
¡Ya no me amas, no soy nada para ti! Dijo mientras sus lagrimas engrosaban y resbalaban despacio por sus mejillas, me partía el alma verla llorar de esa manera.

Clave en sus labios un fuerte beso, mientras mis brazos rodeaban su cintura. Te amo hoy más que ayer, ¡no podría figurar mi vida si faltas tú! ¿Es tan difícil de comprender? Que hoy, simplemente no tengo ganas de ti, ni de nada ¡ni de nadie! Dije en vano mientras ella dejaba la puerta de la casa, dejándome sola hundida en algo que ni yo misma soy capaz de explicar.