viernes, 31 de julio de 2009

Calle. Gente. Prisa.
Caminar. Tropiezo. Mirar. Ríes. Continuar.
Distraído. Cielo. Presentimiento. Volteas.
Alguien. Mirada. Miedo. Sigues.
Cautela. Volteas. Persona. Gente. Zigzaguear.
Respiración. Palpitar. Rápido. Cuadras.
Volteas. Gente. Él. Corres. Avanzas. Gente. Perderte.
Desesperado. Sorpresa. Atrás. Él. Volteas. Gritas.
Golpe. Dolor. Sangre. Gente. Gritos. Pánico. Miedo.
Rojo. Blanco. Negro. Silencio.

miércoles, 8 de julio de 2009

¡Sos ajena!

Hoy escribo lo que cruza mi mente, sin afán
Y la luz que me hacia distinguirte, se abstiene
La exprimo exaltada pero, sos invisible

Y dibujo en el aire con el dedo tu silueta
El chispazo de lucidez que atraviesa mi pupila
No logra verte, ni tenerte

Vuelo alto, bien alto pero no te veo
No se lo que tengo, ni lo que traigo
¡Pero te busco! Y la luz tenue, violenta

Hoy escribo lo que me atrevo a pensar
Cuando estoy a solas
Y cuando no hay nada cerca y sos constante

Pienso hábilmente que solo me hace falta
Cinco minutos más para aferrarme a la idea
Que no volverás y que, hábilmente ¡no te tengo!

Seguir escribiendo lo que cruza mi mente
Cuando me faltás y tu mirada no deja mi puerta
Me atrevo a decir que sos invisible

Que sos ajena…

viernes, 3 de julio de 2009

Ergo...



Pienso, pienso, pienso, pienso, me pierdo y pienso y me vuelvo a perder…
Las noches se vuelven más largas y la gente solo me da la impresión de que me hace perder el tiempo. El alcohol no es suficiente y los cigarrillos se acumulan constantemente en el cenicero.


Diariamente camino sobre un redondel, mismo que me asfixia. Busco no se qué, pero solo sé que busco algo que necesito, no sé qué, pero lo necesito. Caminatas largas apaciguan ese revolcarme constantemente ante una idea que no llega clara, que parece un fantasma.


Los espejismos se vuelven indelebles ante mis ojos cansados y secos por el desierto de asfalto, las figuras semitransparentes flotan con desfachatez no importando la dirección a donde mire, y solo pienso… no se que pienso. Miro mis manos y me doy cuenta que soy un cuerpo opaco, transparente, casi inexistente, que merodea y hurga en su propia realidad para no encontrarse... Esa idea, esa maldita idea que no deja de llegar y tampoco llega concisa, se convierte en un ansia extraña, en una preocupación, como la mayoría ABSURDA y ridícula.


Entonces... me decidiré, esta vez no será una caminata, correré cerrando los ojos hasta el final de esa línea ¿Hasta dónde llegará? ¿Cuál será su límite? no importa. Dejare que el aire choque contra mi cuerpo para al fin sentir algo real, tomare vuelo, no me detendré aunque el miedo merodee inmisericorde por todo el cuerpo; mis piernas no pararan yo tampoco lo hare. Tomare vuelo, no hay nada que me detenga, iré más de prisa y entonces… el vértigo me amputara los sentidos y todo se detendrá mientras yo aun sigo escapando de la circunferencia en el que todos estamos inmersos.